Partiendo de la frase de Virginia Wolf, “en muchas ocasiones históricas, anónimo fue una mujer”, revisamos la Colección de Fotografía Alcobendas, buscando la valiosa aportación que han hecho las fotógrafas españolas a nuestros fondos y aprovechando para ofrecer al público aquellas fotografías que, por más desconocidas, se revisten de un atractivo muy especial.

Es importante el papel de las organizaciones museísticas y de las instituciones a la hora de poner en valor las obras de las artistas que hasta hace bien poco quedaban arrinconadas y, por tanto, devaluadas. Durante mucho tiempo, las mujeres han sido recordadas por ser esposas, hijas o hermanas, en una palabra, asistentes de un artista masculino que firmaba y luego poseía y cobraba los derechos de las obras. Las pocas que saliéndose de este esquema triunfaron fueron luego olvidadas por la historia. Fue, a partir de los últimos años de la década de los 70, cuando el nombre de estas mujeres pintoras, escritoras, compositoras o fotógrafas empezaron a reivindicarse y, aunque en los talleres del Renacimiento, en los monasterios medievales, en el Barroco o entre los bohemios de París hubo muchas mujeres valiosas, sus nombres se desvanecieron en el tiempo.

Como decía la valiente Emilia Pardo Bazán, “que se otorgue al mérito lo que es solo del mérito y no del sexo”. Las mujeres, las fotógrafas, presentes en la Colección de Fotografía Alcobendas son mujeres de mérito.

Marta Sentís